GÉNESIS PATRONÍMICA DE LA CIUDAD DE MANIZALES
En la séptima década del siglo XX
tuvieron auge algunas interpretaciones muy politizadas de los conflictos
sociales de nuestra historia, entre varias de ellas llama la atención la de
José Fernando Ocampo en su libro “Dominio
de Clase en la Ciudad Colombiana”, donde presenta el caso de la fundación
de Manizales como un claro ejemplo demostrativo del dominio ejercido por un
pequeño grupo de colonos adinerados o de alguna prestancia social, preeminencia
debida, según él, a la resonancia de sus apellidos o a la capacidad económica y
asociativa de sus clanes familiares, tesis que no se debe ver como una verdad
incuestionable sin haber conocido pormenorizadamente las adjudicaciones
realizadas en el área urbana de la capital caldense.
Se ha repetido incansablemente
durante estos ciento cincuenta años que individuos pertenecientes a familias de
los apellidos Arango, Gutiérrez, Palacio, Echeverri, Jaramillo y Londoño, se
adueñaron de los primeros y más importantes lotes repartidos en la ciudad,
aseveración que no es cierta, pero que con el correr de los años se ha aceptado
como una verdad incuestionable, nada más contrario a la realidad, no se debe
seguir aceptando aseveraciones como las de José Fernando Ocampo cuando dice: “en el
área urbana, la adjudicación de lotes se hace a las 45 familias de los más
influyentes de la ciudad”, juicio que, seguramente, se hizo sin conocer
el registro que se llevó de ellos y en el que nunca dijo cuales eran esas 45
familias o quienes las conformaban.
El inicial tejido urbano manizaleño
mostró una clarísima e incuestionable democratización, el éxodo antioqueño se
hizo con elementos de todas las capas sociales y económicas, debe tenerse
siempre en cuenta que en la tarea de colonización propiamente dicha no hubo
marcados distingos de clase, la sociedad patriarcal y bonachona de la Antioquia
pueblerina de principios del siglo XIX no conocía el asfixiante clasismo que si
imperaba en otras regiones de la Nueva Granada, quizá por ello fue posible la
espectacular marea migratoria, o tal vez sean otras las motivaciones causantes
del inmenso desplazamiento.
Se debe desmitificar la
participación numérica de los 165 apellidos que aparecen en el reparto urbano de la tierra manizaleña,
el denominado notablato no tuvo la cuantiosa participación predial que algunos
le imputan, entre ellos José Fernando Ocampo, quien, seguramente, propuso su
tesis, sin conocer los datos pormenorizados sobre adjudicaciones.
Contrariamente a lo que hasta hoy se
ha creído y pregonado el apellido de mayor figuración predial urbana, en el tan
comentado registro, es el Giraldo, que alcanzó 37 adjudicaciones, luego le
siguen en orden descendente, Arango con 31 lotes, Valencia con 24, Gómez con
21, Henao con 20, y Salazar con 16.
Luego vienen los Cardona, Gallego y
Osorio cada uno con 15, Jaramillo y Ramírez con 14, Echeverri, Marín y Palacio
con de a 13 adjudicaciones, Ceballos, García, Ocampo y Quintero con 12, Arias
con 11, y Correa con 10 lotes a su favor.
Descendentemente sigue una verdadera
constelación en la que se puede apreciar la casi totalidad de la gama de los apellidos
migrantes del sur antioqueño y algunos pocos de procedencia desconocida, tal
vez, caucana, veamos:
Castaño,
Hernández, Londoño, Martínez y Zapata, cada uno, con 9 adjudicaciones.
Grisales,
Orozco, Ortíz, Ríos y Vargas con 8 repartimientos cada uno.
Castrillón, Duque, Muñoz, Restrepo,
Rincón, Salgado, Tabares y Villegas con 7 adjudicaciones cada uno.
Agudelo, Aristizábal, Buitrago,
Buriticá, Díaz, González, Herrera, López, Mejía, Rodríguez y Sánchez con 6
entregas a cada uno.
Aguirre, Alvarez, Angel, Franco,
Gutiérrez, Hurtado, Monsalve, Ospina, Pineda y Torres con 5 adjudicaciones a cada uno.
Alzate, Arbeláez, Carmona, Castro,
Corrales, Galeano, Parra, Rondón, Ruiz, Suárez, Vallejo y Velásquez con de a
cuatro repartimientos.
Cárdenas, Cifuentes, Clavijo, Chica,
Hincapié, Isaza, Jiménez, Medina, Mesa, Montes, Moreno, Peláez y Rengifo con
tres lotes a su nombre cada uno.
Aranzazu, Arcila, Atehortúa,
Betancourt, Calderón, Carvajal, Cortinez, Escobar, Espinosa, Grajales, Guevara,
Hinestroza, Hoyos, Monsalvo, Montoya, Morales, Nieto, Pérez, Quinchía, Rivera,
Robledo, Rojas, Serna, Sosa, Uribe, Urrego, Vásquez y Yepes con dos
adjudicaciones a cada uno.