martes, 18 de marzo de 2014

GÉNESIS PATRONÍMICA DE LA CIUDAD DE MANIZALES


En la séptima década del siglo XX tuvieron auge algunas interpretaciones muy politizadas de los conflictos sociales de nuestra historia, entre varias de ellas llama la atención la de José Fernando Ocampo en su libro “Dominio de Clase en la Ciudad Colombiana”, donde presenta el caso de la fundación de Manizales como un claro ejemplo demostrativo del dominio ejercido por un pequeño grupo de colonos adinerados o de alguna prestancia social, preeminencia debida, según él, a la resonancia de sus apellidos o a la capacidad económica y asociativa de sus clanes familiares, tesis que no se debe ver como una verdad incuestionable sin haber conocido pormenorizadamente las adjudicaciones realizadas en el área urbana de la capital caldense.

Se ha repetido incansablemente durante estos ciento cincuenta años que individuos pertenecientes a familias de los apellidos Arango, Gutiérrez, Palacio, Echeverri, Jaramillo y Londoño, se adueñaron de los primeros y más importantes lotes repartidos en la ciudad, aseveración que no es cierta, pero que con el correr de los años se ha aceptado como una verdad incuestionable, nada más contrario a la realidad, no se debe seguir aceptando aseveraciones como las de José Fernando Ocampo cuando dice: “en el área urbana, la adjudicación de lotes se hace a las 45 familias de los más influyentes de la ciudad”, juicio que, seguramente, se hizo sin conocer el registro que se llevó de ellos y en el que nunca dijo cuales eran esas 45 familias o quienes las conformaban.

El inicial tejido urbano manizaleño mostró una clarísima e incuestionable democratización, el éxodo antioqueño se hizo con elementos de todas las capas sociales y económicas, debe tenerse siempre en cuenta que en la tarea de colonización propiamente dicha no hubo marcados distingos de clase, la sociedad patriarcal y bonachona de la Antioquia pueblerina de principios del siglo XIX no conocía el asfixiante clasismo que si imperaba en otras regiones de la Nueva Granada, quizá por ello fue posible la espectacular marea migratoria, o tal vez sean otras las motivaciones causantes del inmenso desplazamiento.

Se debe desmitificar la participación numérica de los 165 apellidos que aparecen  en el reparto urbano de la tierra manizaleña, el denominado notablato no tuvo la cuantiosa participación predial que algunos le imputan, entre ellos José Fernando Ocampo, quien, seguramente, propuso su tesis, sin conocer los datos pormenorizados sobre adjudicaciones.

Contrariamente a lo que hasta hoy se ha creído y pregonado el apellido de mayor figuración predial urbana, en el tan comentado registro, es el Giraldo, que alcanzó 37 adjudicaciones, luego le siguen en orden descendente, Arango con 31 lotes, Valencia con 24, Gómez con 21, Henao con 20, y Salazar con 16.

Luego vienen los Cardona, Gallego y Osorio cada uno con 15, Jaramillo y Ramírez con 14, Echeverri, Marín y Palacio con de a 13 adjudicaciones, Ceballos, García, Ocampo y Quintero con 12, Arias con 11, y Correa con 10 lotes a su favor.

Descendentemente sigue una verdadera constelación en la que se puede apreciar la casi totalidad de la gama de los apellidos migrantes del sur antioqueño y algunos pocos de procedencia desconocida, tal vez, caucana, veamos:

Castaño, Hernández, Londoño, Martínez y Zapata, cada uno, con 9 adjudicaciones.

Grisales, Orozco, Ortíz, Ríos y Vargas con 8 repartimientos cada uno.

Castrillón, Duque, Muñoz, Restrepo, Rincón, Salgado, Tabares y Villegas con 7 adjudicaciones cada uno.

Agudelo, Aristizábal, Buitrago, Buriticá, Díaz, González, Herrera, López, Mejía, Rodríguez y Sánchez con 6 entregas a cada uno.

Aguirre, Alvarez, Angel, Franco, Gutiérrez, Hurtado, Monsalve, Ospina, Pineda y Torres  con 5 adjudicaciones a cada uno.

Alzate, Arbeláez, Carmona, Castro, Corrales, Galeano, Parra, Rondón, Ruiz, Suárez, Vallejo y Velásquez con de a cuatro repartimientos.

Cárdenas, Cifuentes, Clavijo, Chica, Hincapié, Isaza, Jiménez, Medina, Mesa, Montes, Moreno, Peláez y Rengifo con tres lotes a su nombre cada uno.

Aranzazu, Arcila, Atehortúa, Betancourt, Calderón, Carvajal, Cortinez, Escobar, Espinosa, Grajales, Guevara, Hinestroza, Hoyos, Monsalvo, Montoya, Morales, Nieto, Pérez, Quinchía, Rivera, Robledo, Rojas, Serna, Sosa, Uribe, Urrego, Vásquez y Yepes con dos adjudicaciones a cada uno.

Acevedo, Acosta Amézquita, Arenas, Bedoya, Benjumea, Bernal, Botero, Bustamante, Caicedo, Cañaveral, Cataño, Ciro, Cortez, Cruz, Cuervo, Dávila, De la Arena, Flórez, Garcés, Gaviria, Granada, Guarín, Guerrero, León, Lerchundi, Loaiza, Márquez, Méndez, Molina, Montaño, Mora, Naranjo, Pamplona, Parada, Patiño, Penagos, Piedrahíta, Posada, Quiceno, Santa, Silva, Soto, Tamayo, Tobón, Usma, Vanegas, Varela, Vasco, Vega, Vélez, Walker y Zuluaga con una entrega a cada uno.