Capilla de Nuestra Señora de la Estrada
Al Rescate de Otra Joya
Olvidada
Por:
Vicente Fernán Arango Estrada
Presidente
Centro de Historia de Manizales
Miembro
de Número Academia Caldense de Historia
Definitivamente Manizales, en su
amoblamiento urbano, cuenta con algunas edificaciones que se resisten a morir
en medio del abandono, la desidia y el desinterés de las autoridades civiles,
eclesiásticas y militares, para ellas, pareciera que la historia y la tradición
no valieran.
En el Proyecto de Renovación Urbana
de la parte norte de nuestra ciudad, concretamente en el tradicional y añejo
Barrio de La Avanzada, más abajo del, también viejo, Barrio de San José, en lo
que solía ser la antigua carretera hacia el Puente de Olivares, se encuentra
una construcción, semiabandonada y por lo tanto ya olvidada, que en su momento
fue centro de actividades educativas y religiosas,
identificado en el Proyecto como predio 12 de la manzana 264, la que está enmarcada
por la calle 29 con carrera 10 de la nomenclatura actual.
Era una modesta capilla adscrita
a la Parroquia de San José, construida y regentada por la comunidad de la Compañía de Jesús, es
decir, cuando los padres Jesuítas tuvieron su Casa y Comunidad entre nosotros;
hablamos de los años cincuenta del pasado siglo XX.
Levantada con el esfuerzo y el
aporte de numerosas personas pudientes y no pudientes en lo económico, pero si
capaces de abrir y sostener centros de alimentación espiritual. Por razones que
no son del caso enumerar, aquellas calendas pasaron al olvido, obligando al
desmantelamiento y abandono del centro de educación y más tarde de oración.
Pero ahora, el diligente y
entusiasta Rubén Darío Orozco Gómez, más conocido como “El Alcalde”, se ha
empeñado en dar la batalla por la conservación de dicho lugar, pues la
proyectada Avenida Colón pasa frente a la otrora Capilla de Nuestra Señora de
la Estrada, situación que pudiera ponerla, nuevamente, en un sitio de
preferencia, tanto en lo civil como lo religioso.
La historia oral y tradicional
dice que en dicho sitio hubo una especie de Club del que era propietario el conocido Aparicio Díaz Cabal y
que en su momento sirvió como alojamiento para los jugadores foráneos del
equipo de fútbol Atlético Cabal, aseveración que se debe tomar con “beneficio
de inventario”, pues ya sabemos de las enormes incongruencias de que está llena
la historia oral, sin embargo, exponemos estos datos para que los lectores
puedan formarse una idea de los usos que ha tenido la propiedad.
La historia documentada de la
emblemática construcción inicia el 17 de octubre de 1949, cuando, por medio de
la Escritura Nº 1785 de la Notaría 1ª de Manizales, la Compañía de Jesús,
compra a Julia Rosa Hincapié de Cifuentes, un pequeño lote de terreno, por la
suma de $ 4.000.00; siguiendo a dicha transacción, una segunda, en la misma
Notaría, el 25 de abril de 1950, por medio de la Escritura Nº 781, por otro
pequeño lote contiguo al primero; posteriormente, por medio de la Escritura Nº
1027 de la Notaría 1ª, fechada el 26 de mayo de 1950, la Compañía de Jesús,
compra a la misma vendedora anteriormente citada y a los esposos Pedro Vargas y
Ana Dolores Castro de Vargas, otro pequeño lote y una posesión de otro más,
ambos contiguos a los dos primeros; el 12 septiembre, del mismo año 50, por
medio de la Escritura Nº 1744, la Compañía de Jesús, compra a Carlos José
Jiménez, un derecho de dominio sobre un lote contiguo a los anteriores;
finalizando el proceso de compra el 23 de enero de 1951, por medio de la
Escritura Nº 136, cuando los Jesuítas compran un último derecho de dominio
sobre un lote, contiguo a los anteriores, a Rafael Morales Rincón.
Tiempo después, el 20 de febrero
de 1957, la Compañía de Jesús, transfiere a “título de donación”,
aquellos lotes, ya englobados en uno solo, “con todas sus dependencias y anexidades”, a la Parroquia de San
José, representada por su Párroco, el Pbro. Héctor Giraldo Giraldo.
En la referida Escritura, se
habla de unas condiciones para hacer efectiva la donación, concretamente cuando
se expresa: “ …A. -Que la Parroquia no podrá disponer del
local de escuela que está edificado en el terreno objeto de esta donación antes
del diez y ocho de abril de mil novecientos sesenta y seis porque hasta esa
fecha la Compañía de Jesús lo arrendó a Hijos de José Restrepo y Compañía para
escuela, y hasta esa fecha tiene pagados los arrendamientos…”.
De lo que podemos deducir que la
Capilla, antes de su dedicación
religiosa, fue una escuela de primeras letras, patrocinada por la Luker,
empresa de propiedad de los herederos de José Jesús Restrepo, la que desde
aquellos lejanos días ya mostraba su fuerte vocación de compromiso social.
Nuestra Señora de la
Estrada
Nuestra Señora de La Estrada,
virgen a la que la comunidad Jesuítica en todo el mundo tiene especial
veneración, no es otra que la misma “…Madonna della Strada o Nuestra Señora del
Camino, Patrona de la Compañía de Jesús y la primera ante la cual San Ignacio
de Loyola y los otros fundadores de la Compañía oraban en Roma. Y también fue la
imagen de María que se honraba en la primera Iglesia que tuvo a cargo la
naciente Compañía de Jesús; parece que fue
impuesta como Patrona de la pequeña Capilla de que hablamos por la curiosa y
coincidencial relación que podría tener con Don Félix Estrada Botero y sus
hermanos Marco, Emiliano, Diego, Luciano, antiguos propietarios de los terrenos
en que se construyeron los barrios La Avanzada, San Ignacio y Estrada, terrenos
donde descansaban, transitoriamente, sus bueyes y mulas después de las largas
travesías, por el oriente hasta Mariquita, y por el occidente hasta Cartago y
La Virginia, cuando Manizales era el epicentro de las grandes recuas
transportadoras de nuestro comercio de importación y exportación.
La Virgen de La
Estrada, también ha tenido, por años, un culto especial en Aguadas, tierra
genitora de la extensa familia Estrada, allí, en su templo parroquial ha
existido, en sitio preferencial, una pintura que la representa